Momentos...

Una madrugada, donde no consigo encontrar consuelo alguno.

Estas últimas semanas, han desangrado mi razón, al punto de dejarme perdido en un montón de dudas. Mi incapacidad por sentir lo que he ido creando,
me ha roto el corazón no imagino, como a partir de un día sin estar conciente; ingresé dentro de este mundo lleno de dolencias y presión.

Hace tanto buscaba un camino propio y donde realmente pueda ser parte de la felicidad del colectivo. Pero me encuentro una vez más frente a millones de dicisiones,
que no consigo establecer una correlación, con lo que anhelo o soñé de alguna forma.

Al menos y como gran apoyo, encuentro a Belén; explicandome el porque somos felices juntos, porque estamos tomados de la mano podemos construir nuestro futuro
en este camino lleno de minas; que el mero hecho de verlas hace que exploten sin mayor justificación; sin mayor premeditación, sin dar un aviso de alarma.

Es momento, de ser responsables de nuestras acciones y ser responsables de nuestros propios errores; ha llegado el momento de hacernos cargo de nuestros proyectos,
hacernos cargo de nuestra vida, he vacilado mucho en emprender este viaje; pero ha llegado el momento de hacerlo, es hora de mirar al frente y ser capaces de
enfrentarlo sin dudar por la victoria.

Es tiempo de crecer, tiempo de ser valientes, tiempo de dejar la ira y la incomprensión de lado. Es tiempo de justicia y de fortaleza, es tiempo de madurar y ver
crecer nuestra familia a travez de nuestros actos. Ha llegado la hora de dejar los pañales y las lágrimas y hacerle frente a los pendientes y a la vida como tal.

Vamos a resolver todo lo que sentimos con una sola iniciativa; la constancia de un cambio basado en la constancia y la seguridad de nuestras acciones; hacer lo
correcto, no será fácil, pero a mediano y largo plazo; será lo mejor para encontrar la felicidad y la calma.

Porque esta es la última tormenta que debermos enfrentar sin haber estado preparados.