2 feb 2010

A los tiempos, que se me ocurría escribir....

Existo; estoy latiendo, sintiendo cada exhalación y pequeña, constacia de encontrarme sentado frente a la pantalla.

Hace mucho que no consigo escribir algo, me he sentido aturdido por tantas tareas y emociones que he tenido que controlar ultimamente. Es cierto, que el escribirlas me ayuda más de lo que consigo imaginar, es la una de las actividades, que más consiguen llenarme el corazón de alegrías y principalmente, me atan a concluciones y no a re-activar dudas.

Como extrañaba hacerlo, con que devoción llevaba mi papel de escritor a cuestas; a veces, ni siquiera alcanzaba a cepillarme los dientes en la mañana, sin sentir la cruda intensiòn de relatar con palabras; los sueños de toda la noche. Nunca es tarde para regresar y jamàs, se podrà decir lo contrario.

Escribo y vivo, vivo y no alcanzo a describir, lo que siento cuando realmente me conecto con las letras; en mi cabeza rondan tal cantidad de pensamientos, que llego a encerrarme en mi propio río y dejo de cargar el mar.

La frase que me impactó esta noche fue... "Al mar no le importa de que río se llene". Cuanta razón tiene, cuantas veces me he limitado a ver el agua pasar a mi lado y jamás recoger una pequeña gota en mis dedos, para ver si encuentra fría.

Jamàs se deja de ser, quien uno fue y lo mejor, es que siempre se puede volver; con voluntad y la constancia, rompen cualquier frontera.

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