Al final, podre desaparecer contándole toda la verdad al rostro.
Al final, solamente queda el llanto de un niño al fugaz traspaso de los errores, desinhibidos. En donde la obscuridad latirá frente a su propia opulencia, donde el destino partió; lejos de mi propia mirada y sonrío al presente por un nuevo amanecer.
Son desastres clandestinos de odio y brillo alrededor de un vaso, antítesis de un ocaso, humillación entablada, pasos marcados y el solo el bendito silencio que me vino impreso en una caja de sueños. El regocijo de la verdad y sus dueñas en punto de quiebre.
Hacia donde nos lleva el destino, hacia donde no existan más ideales confundidos en palabras. El destino que ha brotado en vertiente límpida a ser quien riega campos fértiles y obstruya toda nueva inconexión hacia algo más que los dilemas que concibo a diario en ningún lugar y a toda hora inútil que trato de no escuchar.
Ahora, existimos en mundos paralelos. Seguimos sustraendo y manteniendo los estandartes de calidad. Los sospechosos han sido eliminados y solo nos queda un veredicto, una razón y una idiota respuesta. La tranquilidad de ella, dormirá con mantas de seda y sera más allá de cualquier ideal, la verdadera razón que la cubre sino el sosiego del cansancio.
Son desastres clandestinos de odio y brillo alrededor de un vaso, antítesis de un ocaso, humillación entablada, pasos marcados y el solo el bendito silencio que me vino impreso en una caja de sueños. El regocijo de la verdad y sus dueñas en punto de quiebre.
Hacia donde nos lleva el destino, hacia donde no existan más ideales confundidos en palabras. El destino que ha brotado en vertiente límpida a ser quien riega campos fértiles y obstruya toda nueva inconexión hacia algo más que los dilemas que concibo a diario en ningún lugar y a toda hora inútil que trato de no escuchar.
Ahora, existimos en mundos paralelos. Seguimos sustraendo y manteniendo los estandartes de calidad. Los sospechosos han sido eliminados y solo nos queda un veredicto, una razón y una idiota respuesta. La tranquilidad de ella, dormirá con mantas de seda y sera más allá de cualquier ideal, la verdadera razón que la cubre sino el sosiego del cansancio.
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