2 sept 2008

Declaraciones, Descanzos y Vacaciones

Empiezan a sonarme las cadenas, los grilletes y los sueños, se trasvasaron; la última vez que intente concentrarme en algo que no fuese la decadencia. Es muy extraño para mi conciencia, el hecho de que muchas toxinas requieren ser eliminadas y la mayor parte de estribillos melancólicos son simples trazos de quien no ha logrado una verdadera limitación con la fantasía.

Hasta cierto punto, puedo declararle a mi locura como un hecho perenne, que todos los días han sido atravesados por el incesante martilleo de la angustia, la acometida de la ira y finalmente la cantidad de preguntas que ya, no logro hacerme. Todas son contestadas por un mismo dueño y juzgadas por un mismo tribunal; al parecer se siente mejor volver a tener algo de carne, algo de dolor físico y algo de incomprensión. Cuando todo lo lógico empieza a perder ese carisma tan perpetuo, olvido el presente y ahora todo empieza a tener un nuevo olor, al parecer me hacía tanta falta reencontrarme un minuto sobrio.

Un pequeño instante de sosiego frente a todo, al todo que no permite el descanso y al todo que no llegará a formalizar nada porque el mismo, muere y renace sin un permiso adecuado. Esta extraña calma, la poca facultad de tener más de una idea necesaria y el placer por escribirla sin siquiera pasar por inmigración. Puedo expresarme con calma, sinceramente me hacía falta y mucha más falta que cualquier detalle, es la facultad de sentirme consciente, sin taquicardia y realmente con una sonrisa; me parece que he escrito mucho sobre ellas últimamente, pero nunca están de demás, aun no existe algo que me detenga y mucho menos, imagino que pueda alcanzarme cuando ya tengo tanto camino recorrido.

Damos cuentas de lo realizado en la vida, como si fuese la última oportunidad de hacerlo; cuando la realidad se nos comporta de una manera inversa, nos da expectativas y hasta nos fortalece un poco saber que podríamos ir a la cama sin tener que imaginar el caso negativo de una determinada circunstancia. Pero es en donde quisiera detenerme un rato, porque colocamos la balanza siempre para apuntar lo predeterminado, acaso no es suficiente con traerme todas las reglas marginales aprendidas a golpes y porros, no es más sencillo dejarnos ir con el viento y permitirnos respirar profundo, mientras amanece y algo suena en el fondo tras las ventanas y los volcanes. Algo empieza a surtir efecto, no es inflacionario y tampoco se lo puede tomar en consideración como un hecho épico de la cotidianidad pero es algo que dentro, está cambiando y re tapizando, todo lo que a su paso se encuentra.

Hace tiempo, no me daba suficiente tiempo para escribir todo lo que en realidad traía en mente, hace tiempo no le echaba una carcajada a la vida y pedía vacaciones merecidas. Que también acepto que puedo ser bueno en lo que hago, pero también se aceptar, que cuando las cosas no salen por más intentos, es saludable respirar un par de veces y salir por un helado. Ahora prefiero reírme de todos los sucesos que han desembocado en el presente; Podría sentarme a explicar cuanto odio les traigo a los que hicieron que el proceso quisiera detenerse, la misma formula para los que se escondieron tras muchas intenciones buenas; Pero estoy de vacaciones, cuando uno las empieza obviamente no desea atraer malas vibras, me dañan los cócteles y los sueños pasajeros. Hoy estoy de vacaciones constantes y lo declaro, si preguntan por mi, seguro no me hallaran porque no deseo ser encontrado.

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