Sobreviviremos a base de drogas y buenos sentimientos.

Es entonces que el hombre, por lo que significa directamente en mis emociones puede producirme tanta nausea desbordante, este que se acuesta bajo una luna que nunca vuelve a ver ni por intima necesidad de arrojarle un par de lagrimas por toda la maldad que ha provocado. A quien le importa realmente el hecho de que no puede transmutar su propio futuro, se acomoda a su realidad y sueña con su infancia que al parecer es insultante tras su meritos de adolescencia.

Impertinencias, desatinos y algo mas que un puñado de destierros son lo único que verdaderamente me han dejado; sospecho que tarde o temprano tendrán que desaparecer, podre ver en sus pupilas el terror de su primer hijo al nacer y de el mismo al caer presa de sus propios vicios, siendo quien juzga esta vez mi objetividad se ve nublada por múltiples lecturas y establezco la correlación de mis actos por las voluntades que me fueron arrebatadas, siempre el mismo discurso es lo que me repito despacio.

Siempre alguien aparece en mis historias, tratando de sesgar mis inútiles búsquedas de libertad y que ahora no solo viene acompasado de liricas atractivas, que promete mas de lo que cumple, que me traza como culpable y se dice en voz baja que todo lo demás es tiempo pasado; Que muchas de estas quimeras son a futuro y que los futuros ya me tienen desprendido de mis pasos, que ahora los vivo uno a la vez, que ya es suficiente y que ya no golpeare mi cabeza contra la pared de ladrillos que llaman fuerza de voluntad.

Ahora encuentro dos detalles, el primero mi cenicero lleno como siempre tragándose toda mi angustia y el segundo la poca facilidad para poder tomar una decisión correcta al tiempo y lugar indicado. He dicho tanto en tan pocas frases que me suena irónico que no me fuese entendido que trato de explicar.
Lo coloco fácil, no analgésicos, no alergias y no intimidad con extraños. Fácil suena, ahora como lo cumpliremos, siempre mi pequeño gusto por dar unas preguntas al viento y tratar de que solas se respondan mientras duermo, tras la misma luna que me sostiene el sueño y tras el mismo desdén de corroborar el éxito de un enmarcado comienzo.

Comienzo por el espacio que convoca mi frenesí de aventuras, todas las que no cuento a lo vivas del fuego, ya que estas son parte de mi cola que a veces se muestra y que la cargo a la vista y paciencia de todo aquel que trata de escudriñar mi pasado luego que se comporta indiferente y suscita su propio veredicto de que el tridente me queda bien en las fotos de la familia, que mi infierno se traza en palabras, que mis actos son lo que nunca imaginaron y que se es quien se mira y se dice de quien se escucha. Léeme, aquí solo hay palabras que son vertidas con algo de sudor, esfuerzo y un par de heridas que se las he sacado a tanta “gentecita” que se me cruzo en el camino, mi venganza es fértil. De aquellas que no son lo mas ingenuas, las preparo en un caldero y entre sus alegorías, tragedias y sus lagrimas de color mas no sabor de vino, me las sirvo en las madrugadas viendo como mi macabra parodia se transfigura, a la verdad de un hecho al contraste de confiar en el que el precio que están pagando es el justo.

La nausea que traigo por este hombre que miserablemente trata de subsistir en un mundo que el mismo lo hizo aberrante. Hoy me levante con fuerza, con impertinencia y creyendo en demonios que se parecen mucho a quien veo en las mañanas en el espejo del baño, luego de haberse divertido con su cabello tomando nuevas formas para despistar a otros.

¿Me regalas un sueño? O ¿le pones un precio?, cualquiera de las dos formas, puedo hacértelo realidad y bueno como todo negocio tendrás que darme algo a cambio. No pido mucho, quizás solo rasguñar tu alma y una marca por convenio de todos, es justo que lo lleves contigo por siempre.