Tomándole la mano al viento
la realidad se convierte en placebo
constante de los recuerdos
que no han nacido en vano.
Un brazo al piso y la constelación
de plasma digital, se siente inherente,
a la formación inestable de nuestra
imagen al margen de una despedida.
Entre nuestra piel solo estorbaba
la tela, como en nuestro tiempo,
la idea no era contemplarnos
sino deshacernos en delirio.
Armonía naciendo de tu garganta
y suscritas las palabras, yacían
en un puñado de tus vertebras,
se estremecían en cada latido.
Silencio en las orquídeas.
una tormenta de sal brotando
de entre tu frente incandescente
al rosar mi pómulo acompasándola;
rosándose entre nuestros labios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario