¿Por qué te busco?

Debo dejar de ser el extremo
que me ata a las circunstancias
y me eleva hacia al cielo
donde encuentro el hecho
de verme simultáneo
a nuestro sentir.

Una verdad irrefutable
fue el comprenderte
en simples palabras
a destiempo, arbitral.
ningún punto ciego
a reencuentro.

Tomaste tus argumentos
en pie de guerra
unos tantos prestados
y otros tantos propios
silencio en brusquedad
del ambiente
la realidad es más allá
de la que desearía.

Y de la mentira
no existe cabida,
de una broma
tomada en vaso biselado
y servida en clandestinidad,
en una plancha de hierro,
incongruente.

Porque te busco, pequeña,
tal vez por ser mí amante
o por ser mi única compañera,
por ser un zarpazo del destino
que no me ha roto la boca.